Raices

Raíces

Al regresar a mi tierra, a mi lugar de origen conecto con mis raíces. Allí donde nací, donde di mis primeros pasos, donde tuve mis primeras experiencias de vida.

Raíces que también te atan. A familia, a grupos de amigos, a los libros del colegio. Que muchas veces no son elegidos sino que la vida los elige por ti.

Esas que por otro lado te dan la seguridad de lo conocido, de lo funcional, de la estabilidad, del sostener, del confort.

Regresas a los olores, a los sabores, a los abrazos , a las calles, al clima que te da ese cobijo que necesitas para resguardarte por unos instantes por unos tiempos de tu vida actual, y desconectar desde la imaginación de un lugar seguro

Al encuentro con la familia, que aunque nunca es perfecta siempre esta la expectativa de que lo sean.

A veces, nos aferramos tanto a esas raíces que sin darnos cuenta lo único que hacen es atarnos a un lugar donde quedamos aferrados para siempre. Sin darnos la oportunidad de soltar.

Un día decidí cambiar mis raíces sin dejar de honrar y valorar a estas. Pero decidí poder sembrar aquellos frutos que yo deseaba tener. Cambiar un lugar por otro, cambiar una forma de vivir, elegir con criterio las personas de las que me rodeaba, conectar con mi ser con quien era para saber que era realmente el fruto que quería recoger.

Las raíces no son solo algo que te ata sino también pueden ser la siembra de lo que esta por florecer.